Entradas

Miedo al qué dirán

Para mí era muy importante la opinión de los demás, de esta manera vivía complaciendo las expectativas de las personas, fingiendo cosas que no sentía ni pensaba. En algunas ocasiones prefería quedarme callada para no expresar mis ideas y opiniones, de este modo no hacía nada que me hiciera ver que estaba en desacuerdo con las personas, todo para quedar bien ante la gente. Cuando quería decir No; decía si y cuando quería decir Si; decía no. Siempre buscaba pasar desapercibida. Me costaba hacer amigos y socializar con otras personas, si tenía  dudas o no entendía, no me atrevía  alzar la mano y preguntar, mucho menos decir que no entendía…¡No que va decir la gente! ¡Qué van a pensar de mí! estos eran mis pensamientos la mayor parte del tiempo. 

En varias ocasiones me auto-exigía para hacer las cosas de manera “perfectas o correctas” para los demás y (según yo)  no decepcionarlos. De esa manera iba viviendo una vida que no era la mía, intentando ser alguien que no era. Me reprimí tanto, que luego no sabía quién era yo.

Toda esta situación era una angustia silenciosa, ya que vivía una vida limitada por el pánico ante  los  “malos” comentarios de los demás. Mi voz crítica, haciendo de las suya, tenía muchos pensamiento negativos hacia mí misma, creyendo que yo era mis pensamientos, como por ejemplo; tú eres así y punto, no hay de otra, si haces algo diferente te verán falsa, tú no eres así, no eres inteligente, los demás son más importante que tú, entre otras. Estos pensamientos me paralizaban, impidiendo vivir mi vida. 

En mi caso todo esto tenía que ver con mi baja autoestima, inseguridades, falta de amor propio, necesidad de aprobación y el no sentirme suficiente, ya que me sentía inferior al reto de las personas.  Yo sentía que todos eran más importantes que yo,  por esta misma razón no expresaba lo que pensaba, porqué (según yo) no tenía nada interesante, importante o “correcto” que decir. Si algo me molestaba, me sentía triste o estaba pasando por alguna adversidad no lo compartía con nadie, no querían que vieran mi lado vulnerable. La verdad tenía mucho miedo a ser  criticada o juzgada.

No les diré que es un miedo superado, ya que aún sigo trabajando en ello, me falta mucho por recorrer.  Para mi el miedo no es como una mancha que se limpia y listo, sólo que ahora he aprendido a manejarlo, hago las cosas a pesar del miedo, ya no permito que me controle. Ha sido todo un proceso y un trabajo bastante retador el llegar a donde estoy hoy, en algunas ocasiones se vuelve una guerra interna con mi mente, sin embargo, recuerdo que  mis metas son  más grandes que mis miedos, esto me impulsaron hacer todo lo que hago.

Quiero compartirles mis aprendizajes en este largo camino, pero no quiero hacer el texto más extenso, así que se los comparto en el próximo blog 😉 Saludos 

Siento que retrocedí

Hace un par de meses atrás pase por una situación que sentí que retrocedí en mi crecimiento personal. Me sentía muy molesta conmigo misma y me preguntaba una y otra vez ¿por qué tomaste esta actitud, si ya tienes tiempo trabajando en esto? ¿Qué te pasó contigo? Era un sentimiento de rabia y culpa que invadía todo mi cuerpo. Hasta que sentí la necesidad de exteriorizar lo que me estaba pasando. El hablarlo me ayudo a sacar ese mal sentimiento que me incomodaba.

Luego reflexione al respecto, aprendí que el crecimiento personal no es lineal, tiene altas y bajas, que todo en la vida es un aprendizaje y durante nuestra vida iremos cometiendo “errores” y aprenderemos de ellos. Algo importante, la acción requieren de movimientos y cuando nos movemos no nos quedamos estancados, si miramos para atrás veremos que no estamos en el mismo lugar.

Esta adversidad me permitió recordar todo lo que he aprendido y a donde he llegado. Gracias a ello pude conectar con mis avances. Algo que siempre debo recordar; no soy perfecta y se vale tener tropiezos. Que si no reacciono como esperaba, no pasa nada, es solo cuestión de tener paciencia, ya que me permite entender el proceso y saber que los resultados no son inmediatos, cada quien lleva su propio ritmo. Lo más importante es tratarme con mucho amor, ser compasiva conmigo misma, ser flexible, fluir y ser consciente de que cada momento incómodo son mis más grandes maestros.

Esta experiencia me sirvió para tomar impulso, continuar con más ganas y mucho entusiasmo.

¿Quién soy?

Es la pregunta más importante que podemos hacernos, pero muchos de nosotros estamos tan ocupados “viviendo la vida” que no nos detenemos a pensar quiénes somos y qué queremos realmente. Para vivir la vida que deseamos es necesario conocernos.

Yo era una de esas personas que estaba viviendo por inercia e iba siguiendo todo lo que dice la sociedad, no cuestionaba nada. Hasta que hubo un momento de quiebre en mi vida y decidí hacer un cambio, reinventarme. En ese proceso me pregunté ¿Ahora qué hago? ¿Hacía donde voy? ¿Que me gustaría hacer? La verdad, mi mente quedó en blanco, no me conocía lo suficiente como para responder estas preguntas. No tenía idea hacia donde podía dirigir mi vida, no sabía lo que quería, no conocía mis habilidades, ni mis virtudes, y mucho menos lo que me gusta hacer, ya que pase muchos años intentando ser otra persona, cumpliendo las expectativas de los demás, dejando que otros decidieran por mi, por miedo al que dirán. De esa manera me fui escondido en mi propio Ser, ya luego olvide quién era yo realmente, sin embargo si me preguntaba ¿en que no soy buena? ¿cuáles son mi defecto? ¿Que no se me da? Ahí si te tenia una larga lista.
Lamentablemente nos enfocamos más en lo negativo que en lo positivo, llenándonos de complejos y creencias falsas que nos impiden ver quiénes somos de verdad.

En este camino del desarrollo personal me he ido descubriendo, ha sido todo un proceso de introspección y autoconocimiento en el que he podido ver y aceptar mis partes oscuras, pero también reconocer y creer en mi propio valor. Ha sido un viaje con altas y bajas en el que poco a poco he ido tomando el control de mi vida, ir descubriendo el camino que quiero recorrer y vivir.

Cuando aprendemos a conocernos, nos damos cuenta que lo hacemos o tenemos no nos define, que somos mucho más que eso. Reconocemos que fuimos creados para ser únicos y que hay algo especial que cada uno puede hacer mejor que otros, que estamos aquí para vivir nuestra propia experiencia de vida. Cuando ya tenemos más claro quiénes somos, hacia donde nos queremos ir y nos permitimos SER, ya lo demás encontrará su lugar, haciéndose el camino más cómodo y fluido. De esta manera es más fácil para que el Universo conspiré a nuestro favor.

Hasta que lo aprendí y lo internalicé fue que pude dejar de ser y hacer lo que los demás esperaban de mí. Ha sido todo un proceso poder dejar salir quién soy, ya que fueron muchos años tratando de ser alguien más y con mucha creencias erróneas en mi cabeza, sin embargo en esté andar me di cuenta, que yo soy la única responsable de mi vida, que yo decido y elijo “siempre podemos elegir” en ese momento me di cuenta de mi propio poder y pude soltar el peso que llevaba en mis hombros. La verdad fue un sentimiento de Libertad.

Hoy me conozco mucho más, y aún me falta mucho por conocerme, pero ahorita sé lo que realmente quiero en mi vida. Ahora lo más importante para mí, es darle voz a mi esencia, Permitirme Ser y escuchar mi corazón.

Tú eres el único dueño de tu vida y si permites que otros decidan por ti, estarás entregando tu poder a los demás.

¿Y tu sabes quién eres?

Aprendí a estar sola

Hace un tiempo atrás tenía la creencia que para ser una persona completa y plena debía tener una pareja, a si que cada vez que terminaba una relación, inmediatamente entraba a otra, no me permitía estar sola, creyendo que al no tener pareja sería una persona incompleta, que valía menos y no podría disfrutar la vida. De esta manera siempre estaba buscando quien me completara, sin embargo en esas relaciones, siempre sentía que faltaba algo.

Hasta que un día me di la oportunidad de estar sola,  me animé a conocerme y en este camino del auto conocimiento he aprendido lo maravilloso que es estar conmigo misma. Aprendí a disfrutar  mi propia compañía, a tratarme con amor y hacerme feliz. Me permití ver mis heridas y poder sanarlas, conocí  mis  verdaderos gustos y preferencias. Pude ver y reconocer mis debilidades, las que me he permitido mejorar. Aprendí que no soy lo que tengo o lo que hago, porque mi verdadera esencia es quien soy. He aprendido a conozco mi valor y he subido mis estándares, porque ahora sé lo que realmente merezco. Algo que también aprendí es, que con el solo hecho de existir ya me hace merecedora y suficiente, que no debo hacer o tener para merecer.
Me he reconciliado con mi pequeña niña interior, que a pasar de haberla abandonado por tanto tiempo, allí estaba, a la espera pacientemente, con los brazos abiertos y llenos de amor incondicional.

En estos momentos estoy aprendiendo a escuchar mi intuición y seguir mi corazón, ya que por muchos años los ignore. Aún sigo trabajando en mi, todavía falta mucho por mejorar, el trabajo interior es diario y para toda la vida, sin embargo, el haberme dado la oportunidad de estar sola a sido mi mejor regalo, porque encontré en mi todo lo que buscaba, ahora soy yo mi mejor compañía. 

“Aprende a encontrar en tu interior la compañía que no te llega de afuera. No existe la soledad para el que está bien consigo mismo” -Jorge J. Soler-

La Naranja de Wayne Dyer

El psicólogo y escritor Wayne Dyer decidió comenzar su conferencia sobre Desarrollo Personal en Toronto/Canada de una manera muy diferente. Con una naranja en mano, le preguntó al público:

 –Si exprimiera esta naranja, ¿qué saldría?

Ante las miradas incrédulas de los presentes, Dyer entabló el siguiente diálogo con un joven brillante de unos doce años que estaba sentado en la primera fila.

El joven, sorprendido, le contestó:

– Zumo de naranja, ¡por supuesto!

– ¿Crees que podría salir zumo de manzana de ella?

– ¡No! – le respondió sonriendo el joven.

– ¿Y zumo de toronja?

– ¡Tampoco! – negó categóricamente.

– ¿Qué saldría de ella?

– Zumo de naranja.

– ¿Por qué? ¿Por qué cuando exprimo una naranja sale zumo de naranja?

El joven estaba visiblemente confuso, probablemente pensaba que Dyer le estaba tomando el pelo, pero aún así respondió:

– Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro.

Dyer asintió con la cabeza y prosiguió:

Vamos a suponer que esta naranja no es una naranja, sino que eres tú y alguien te aprieta, ejerce presión sobre ti, dice algo que no te gusta, te ofende. Y sale de ti  ira, odio, rencor, miedo.

¿Por qué sale todo eso?

La respuesta, como nuestro joven amigo dijo, es porque eso … es lo que hay dentro.

Es una de las grandes lecciones de la vida.  ¿Qué sale cuando la vida te aprieta? ¿Cuando alguien te hace daño o te ofende? Si la ira, el dolor y el miedo salen de ti, es porque eso es lo que hay dentro.

No importa si el que te aprieta es tu padre, madre, tu hermano, tus hijos, tu jefe, el gobierno, si alguien dice algo de ti que no te gusta, lo que sale de ti es lo que hay dentro, y  lo que hay dentro de ti es tu elección.

Cuando alguien ejerce presión sobre ti y vuelcas en otros todo menos amor, es porque eso es lo que has permitido que permanezca en tu  interior. Una vez que quitas todas esas cosas negativas que no quieres en tu vida y las reemplazas poramor, te encontrarás a ti mismo viviendo una vida maravillosa.

En muchas ocasiones culpamos a todo lo exterior a nosotros por nuestro enfado o frustraciones y algunas  veces esos sentimientos ya estaban dentro de nosotros y esas situaciones solo nos muestran lo que hay en nuestro interior.

De esta manera tenemos que estar conscientes de nuestras reacciones y comprender de dónde provienen para poder sanar nuestro interior. 

Así, la parábola de la naranja deja una lección tan sencilla como profunda. La manera en la que respondemos a las acciones de los demás no tienen que ver con ellos, sino con nosotros mismo.

“No culpes a todo lo exterior, mira en tu interior”

Ámate

Ama tu respiración, que te mantiene vivo.

  Ama tu cuerpo, es el que te hace estar en la tierra.

 Ama tu piel, que protege tus órganos.

Ama cada partícula tu organismo, que trabaja día y noche para mantenerte sano(a).

Ama tu hermosa sonrisa, que ilumina tu rostro cada vez que sonries.

Ama tus huellas, que te hacen ser único en el mundo.

Ama tú corazón, que a cada instante te dice que te ama. Solo debes callar la mente por un momento, escuchar y sentir sus latidos.

Ama la persona que eres, porque eres un ser único, extraordinario y valioso.

Ámate y  sabrás lo maravilloso que es sentir ser amado(a).


                                                                                              -MARIA DEL MAR-

Limpiemos nuestra mirada

¿Qué quiere decir esto? 

Quiere decir que cuando nos miremos al espejo dejemos de mirar lo que no nos gusta, o aquello que desearíamos cambiar, dejemos de hablar de lo que no se nos da bien. Pasamos mucho tiempo y gastamos demasiada energía, comparándonos con los demás, criticándonos y fijándonos en nuestros “defectos” somos muy  duras con nosotras mismas, sin embargo nos preocupamos de cuidar a las personas que queremos, de ayudarlos si lo necesitan, nos asegurarnos de que estén bien y se sientan valorados, cosa que no hacemos con nosotras mismas.

Si hay alguien a quien siempre olvidamos de cuidar y tratar con el mismo amor es a nuestra propia persona y somos lo más valioso que tenemos, porque es con quien pasaremos el resto de nuestra vida. 

Seamos consciente de nuestro valor, con  el solo hecho de existir ya somos suficientes, no tenemos que demostrarle nada a nadie porque ya somos merecedoras y especiales. Eres hermosa, extraordinaria, no hay dos como tú y ese es tu poder.

 Comienza a cambiar tu mirada, enfócate en lo que te gusta, descubre tus cualidades y practícalas, habla solo de lo que quieres ver en tu vida, haz cosas que te aporten felicidad y bienestar, mantén una actitud positiva. Date la oportunidad de ser feliz, aceptarte y quererte incondicionalmente. Háblate y trátate bonito, como si fueses esa persona que tanto amas. No somos perfectas y lo más seguro es que nunca lo seamos. Así como tenemos debilidades, también tenemos cualidades y virtudes que nos caracterizan. Piensa más en ti y de manera positiva, te lo agradecerás.

Una vez que comiences aceptarte, a tratarte con amor, tu vida comienza a girar en direcciones nuevas y maravillosas.

“El amor a nosotros mismos es el regalo más importante que podemos ofrecernos, porque cuando nos amamos, no nos hacemos daño y tampoco se lo hacemos a ninguna otra persona ” Louise L. Hay-

¡Es que nada me funciona!

Algunas veces pasamos por adversidades y sentimos que es lo peor que nos puede  pasar. Sentimos que el mundo se nos cae encima, nos sumergimos en los pensamientos negativos que nos hacen sentir  aún peor, nos deprimimos,  buscamos ayuda profesional, leemos libros, y aún así  sentimos que no avanzamos y creemos que nada nos funciona. Llegamos a pensar que no tenemos solución o que todo está en nuestra contra.

¿Sabes por qué nada funciona? Porque el trabajo es solo tuyo,  te podrán ayudar, guiar,  darte todas las técnicas, las herramientas, las estrategias, los distintos puntos de vistas, todo para que salgas de esa situación. Sin embargo si tú no tomas acción y decides tomar la decisión de hacer ese cambio en ti, nada va a cambiar, eso viene de ti. Solo tú eliges como te quieres sentir, solo tú tienes la responsabilidad de iniciar el  trabajo interior.

 El problema no es lo que está pasando afuera, es lo que está pasando dentro de ti y por eso es tan importa entender e internalizar todo aquello que aprendes.

Solo tú tienes el poder de transformar tu vida y sanar tus heridas. 

 El cambio está en tu interior.  

¿Estaré en el camino correcto?

Cuando comencé el trabajo de autoconocimiento una de las cosas que más anhelaba era saber cuál era mi propósito. Con el tiempo descubrí que me apasiona ayudar a otras personas en su proceso de crecimiento personal, así que me dije; tal vez esté es mi vocación, y comencé a formarme como Coach de vida, sin embargo en muchas ocasiones llegué a dudar de mi decisión,  me preguntaba si realmente era este mi misión, y no era porque no me gustaba lo que hacía, sino porqué tenía miedo a equivocarme de camino.

Mientras seguía trabajando en mí, conocí sobre la espiritualidad y justo en ese momento mi creencia sobre el propósito de vida cambió, dándole un mejor sentido a la vida. Aprendí que vinimos a vivir diferentes experiencias para  evolucionar, saber lo que realmente nos gusta y lo que no, disfrutar e ir crear la vida que deseamos. Algunas personas dicen que estamos aquí para ser felices, y de cierta manera así lo es; porque la verdadera esencia de nuestro SER es la FELICIDAD. Cuando tomamos la decisión de ser felices estamos conectados con quien somos realmente. De esta manera comenzamos a elegir solo lo que nos hace sentir bien, nos enfocamos en lo que nos gusta hacer y por ende vamos atrayendo más cosas que nos agradan y así nos vamos alineando con todo lo que deseamos.

He aprendido que no tengo que buscar ese camino correcto o específico, porque nuestra intención es hacer todo lo que deseamos, siempre y cuando nos haga feliz. Si hay algo que te apasiona o te gustaría hacer ¡hazlo! Recuerda que si te hace feliz no puedes equivocarte porque estás justo en tu camino. Disfruta de tu experiencia, sé tú, haz lo que amas, vive tu momento presente, y acumula experiencias maravillosas, que al final es lo que cuenta. Ese es nuestro verdadero propósito 

Cuando aprendí

Hace un tiempo atrás, tener una  pareja y cosas materiales era fundamental para mi. Ya que creía que la  pareja me daría amor y lo material me traería felicidad. Por esa  razón pensaba que al estar en una relación y tener un sinfín de cosas,  me sentiría plena. Pero un día, el universo cambió el sentido a mi vida,  transformándome en lo que soy hoy,  una mujer que se encontró con ella misma. Que aprendió que no se necesita una pareja para sentir amor, porque ella misma aprendió amarse. Entendió que lo material no da la felicidad, puesto que viene de su interior. Entendió que el pasado quedó atrás, que el futuro es incierto, que el momento es ahora, y justo ahí aprendió a disfrutar cada instante de su vida. Entendió lo que es vivir en gratitud,  apreciando las pequeñas cosas de la vida. Pero sobre todo aprendió a sentirse feliz con ella misma, porque entendió que no necesita nada de lo exterior para sentirse plena.

 Desde mis propias experiencias aprendí que muchas veces buscamos llenar vacíos emocionales en lugares equivocados, creyendo que algo de lo exterior nos hará sentir amados y plenos. Pero no es así, porque esos sentimientos solo los encontramos  en nuestro interior.